La fotografía es un arte que parece muy sencillo de realizar, pero toma más que tener una cámara.

Para ser fotógrafo se necesitan tener ciertos conocimientos: saber las funciones de una cámara, la composición, la iluminación, las diferentes técnicas, etcétera.

A pesar de que esta es la cualidad más fundamental para dedicarse a esta profesión, también existen otras características que distinguen a un buen fotógrafo.

 

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Creatividad e imaginación

Un artista no puede existir sin estas dos cualidades. Es lo que te impulsa a crear constantemente, ya sea con una cámara o un instrumento musical. Si no eres una persona así o que al menos trata de serlo, difícilmente podrás llegar a tener ideas creativas.

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Pasión

Esto te motivará a ser perseverante, a probar nuevas cosas y sobre todo a dedicarle tu tiempo. Si realmente te apasiona esta profesión, seguirás adelante sin importar los errores y obstáculos con los que te enfrentes. No te aburrirá y lo disfrutarás más que nada.

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Sensibilidad

Esta característica ayuda mucho cuando queremos explotar nuestra pasión artística. Nos permite ver el mundo de manera distinta, con más emoción y color. Es estar atento a lo que te rodea y fijarse en los más mínimos detalles.

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Desarrollar tus habilidades comunicativas es otro factor muy importante. Sirve para expresar de manera correcta tus ideas a través de imágenes, para involucrar e influenciar a otras personas y para promocionar y lograr que tu trabajo sea visto por el público.

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Estilo propio

Con el paso del tiempo, encontrarás poco a poco tu propio estilo. Sabrás qué es lo que más te gusta, cuáles son las técnicas con las que te sientes más cómodo, etcétera. Recuerda que para lograr esto la persistencia y experiencia son lo más importante.

 

 

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